Realizado por: Diego García, Álvaro Murillo y Miguel Palazuelos (4º ESO)
El Día del Libro se celebró en el colegio Nova Híspalis el día 22 de abril. Se organizaron varias actividades entre las que destacó un concurso literario que consistía en escribir una historia con una característica determinada: en Primaria los protagonistas debían ser Don Quijote y Sancho Panza; mientras que en Secundaria la historia debía de estar inspirada en el cuadro “El Jardín de las Delicias” de El Bosco, ya que este año se celebra el 500 aniversario de la muerte de este famoso pintor.
También se organizó un mercadillo de intercambios de libros y una lectura continuada de “Alicia en el país de las maravillas” realizada por los alumnos de Primaria y Secundaria.
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Niños voluntarios de 1º ESO durante un momento de la lectura |
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Todos los alumnos del centro participaron en esta lectura colectiva |
En el transcurso de este acto se entregaron los galardones del citado concurso literario consistentes en unas entradas de cine con menú para los primeros premios; entradas de cine, para los segundos; y libros actuales para los terceros de cada una de las categorías. Los mismos premios se entregaron a los ganadores del concurso de dibujo basada en el cuento de «Alicia en el país de las maravillas»organizado por el departamento de Arte. La ganadora de la ESO fue Gloria Franco, mientras que Miriam Vega se alzó con el galardón en Primaria
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Por su parte, los ganadores del concurso literario fueron, de la categoría de Primaria: Rafael Rodríguez (4ºB Primaria), primer premio; Andrea Carmona (6º), segundo premio y Asia Hess (5ºA ), en tercer lugar.
Del primer ciclo de Secundaria: Laura Cano (2ºESO A) , Claudia Armengol (1ºESO B) y en tercer lugar Lali Díez (2ºESO B).
Y en el segundo ciclo de Secundaria, la victoria fue de Alba Tocino (4ºESO A), en segundo lugar Alejandro Valenzuela (3ºA) y en tercero, Alejandro Gómez-Escalonilla (4ºA).
¡Muchas felicidades a los ganadores!
A continuación os reproducimos los textos íntegros ganadores de cada una de las categorías :
Alba Tocino (primer premio II ciclo ESO):
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Alba Tocino recibe su premio |
Hace mucho tiempo existió un reino, el cual llamaban “El Jardín de las Delicias”.
Hubo una época en la que todo parecía perfecto y todas las personas eran felices, pero poco a poco las tinieblas fueron envolviendo este pequeño reino. El descontrol se apoderó de sus habitantes y los deseos carnales se fueron extendiendo, arrastrándolos a su perdición.
Solo una pareja se dio cuenta de que tal comportamiento los llevaría a todos a la extinción. Pero al advertir a los demás fueron tomados por locos e intentaron acabar con ellos, llevados por la envidia y la codicia, actuando como animales.
Con gran pesar la pareja tuvo que abandonar lo que una vez consideraron hogar y emprendieron un largo viaje, buscando un lugar alejado de todo pecado, donde poder vivir en paz.
Tras varios días de viaje llegaron a un tranquilo valle, alejado de todo mal y allí decidieron empezar su nueva vida.
Vivieron felizmente unos cuentos meses, pero a la mujer la perseguía una terrible enfermedad y su estado empeoraba día tras día. Un día se cansó de luchar, pero antes nos trajo al mundo a mi hermano y a mí, y nos dio los nombres de Vera y Ciro. Su cuerpo ahora descansa en medio del estanque, donde nuestro padre edificó una precisa torre, tallada en mármol rosa, para que nunca fuera olvidada.
Nos crio con amor, enseñándonos a respetar la vida y advirtiéndonos de los peligros que había fuera del pequeño valle, a los cuales éramos totalmente ajenos. Pero nuestra curiosidad y las ansias de explorar, iban aumentando a medida que pasaban los años e íbamos creciendo.
-¿No tienes curiosidad por lo que hay mas allá de las montañas celestes?- me preguntó mientras su mirada se perdía en la lejanía.
-Ya sabes que sí Ciro, pero recuerda lo que siempre dice papá.
-Lo sé, pero… y si fuéramos a ver lo que hay realmente.
Me quede mirándolo sin saber si lo decía en serio. Él posó su mira en mí y entonces pude apreciar el brillo de determinación que reflejaban sus ojos.
-Pero Ciro…
– Tú no te preocupes – me cortó antes de que pudiera replicar – yo estaré a tu lado y te protegeré. Ya verás cómo estaremos de vuelta antes de los que crees y si papá nos pregunta le diremos que hemos pasado la noche en la gruta del estanque.
-Bueno… está bien. – respondí aun sin estar muy convencida.
Y así emprendimos nuestro viaje, en busca del Jardín de las Delicias.
A medida que íbamos dejando nuestro hogar atrás el cielo se iba oscureciendo y el aire cada vez estaba más contaminado. Edificios en ruinas se abrían a nuestro paso, y el caos y dolor invadían cada rincón.
-Ciro, creo que ya deberíamos volver. – Dije agarrándome fuertemente a su brazo – Este sitio no me gusta.
-No te preocupes Vera – respondió mientras me abrazaba protectoramente – yo estoy aquí. Sigamos un poco más, quiero ver si hay…
De repente un chasquido resonó entre la espesura y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, al darme cuenta de que nos estaban observando. Una mujer de cabellos dorados, nos miraba con unos grandes ojos que denotaban locura.
-Tenéis que ayudarme. Tenéis que ayudarme. – Repetía desesperada – Por aquí seguidme.
Ambos, demasiado ingenuos, seguimos a la extraña mujer por sitios cada vez más tenebrosos, hasta que llegamos a las orillas de un río de aguas negras. La mujer se volvió y nos mostró una macabra sonrisa, que no podía ser humana, acto seguido se lanzó contra el cuello de Ciro, dispuesta a matarle. Sin pensarlo agarré una especie de daga y se la clavé en el torso, rasgando su fina piel, empujada por la desesperación de salvar a mi hermano.
Los siguientes minutos parecieron pasar a cámara rápida. Mi hermano me agarraba fuertemente por la muñeca alejándome de aquel extraño lugar, pero ya era tarde…
-Ya no podemos volver – grité mientras me paraba en seco y las lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas.
Ciro me miró, desesperado por negar lo que acababa de decir, pero ambos sabíamos que tenía razón. Ahora este era nuestro nuevo hogar.
Laura Cano (primer premio I ciclo ESO)
Hace mucho tiempo existió un reino, el cual llamaban “El Jardín de las Delicias”.
Hubo una época en la que todo parecía perfecto y todas las personas eran felices, pero poco a poco las tinieblas fueron envolviendo este pequeño reino. El descontrol se apoderó de sus habitantes y los deseos carnales se fueron extendiendo, arrastrándolos a su perdición.
Solo una pareja se dio cuenta de que tal comportamiento los llevaría a todos a la extinción. Pero al advertir a los demás fueron tomados por locos e intentaron acabar con ellos, llevados por la envidia y la codicia, actuando como animales.
Con gran pesar la pareja tuvo que abandonar lo que una vez consideraron hogar y emprendieron un largo viaje, buscando un lugar alejado de todo pecado, donde poder vivir en paz.
Tras varios días de viaje llegaron a un tranquilo valle, alejado de todo mal y allí decidieron empezar su nueva vida.
Vivieron felizmente unos cuentos meses, pero a la mujer la perseguía una terrible enfermedad y su estado empeoraba día tras día. Un día se cansó de luchar, pero antes nos trajo al mundo a mi hermano y a mí, y nos dio los nombres de Vera y Ciro. Su cuerpo ahora descansa en medio del estanque, donde nuestro padre edificó una precisa torre, tallada en mármol rosa, para que nunca fuera olvidada.
Nos crio con amor, enseñándonos a respetar la vida y advirtiéndonos de los peligros que había fuera del pequeño valle, a los cuales éramos totalmente ajenos. Pero nuestra curiosidad y las ansias de explorar, iban aumentando a medida que pasaban los años e íbamos creciendo.
-¿No tienes curiosidad por lo que hay mas allá de las montañas celestes?- me preguntó mientras su mirada se perdía en la lejanía.
-Ya sabes que sí Ciro, pero recuerda lo que siempre dice papá.
-Lo sé, pero… y si fuéramos a ver lo que hay realmente.
Me quede mirándolo sin saber si lo decía en serio. Él posó su mira en mí y entonces pude apreciar el brillo de determinación que reflejaban sus ojos.
-Pero Ciro…
– Tú no te preocupes – me cortó antes de que pudiera replicar – yo estaré a tu lado y te protegeré. Ya verás cómo estaremos de vuelta antes de los que crees y si papá nos pregunta le diremos que hemos pasado la noche en la gruta del estanque.
-Bueno… está bien. – respondí aun sin estar muy convencida.
-Pues en marcha. – dijo mientras me tendía la mano, la cual agarre con fuerza.
Y así emprendimos nuestro viaje, en busca del Jardín de las Delicias.
A medida que íbamos dejando nuestro hogar atrás el cielo se iba oscureciendo y el aire cada vez estaba más contaminado. Edificios en ruinas se abrían a nuestro paso, y el caos y dolor invadían cada rincón.
-Ciro, creo que ya deberíamos volver. – Dije agarrándome fuertemente a su brazo – Este sitio no me gusta.
-No te preocupes Vera – respondió mientras me abrazaba protectoramente – yo estoy aquí. Sigamos un poco más, quiero ver si hay…
De repente un chasquido resonó entre la espesura y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, al darme cuenta de que nos estaban observando. Una mujer de cabellos dorados, nos miraba con unos grandes ojos que denotaban locura.
-Tenéis que ayudarme. Tenéis que ayudarme. – Repetía desesperada – Por aquí seguidme.
Ambos, demasiado ingenuos, seguimos a la extraña mujer por sitios cada vez más tenebrosos, hasta que llegamos a las orillas de un río de aguas negras. La mujer se volvió y nos mostró una macabra sonrisa, que no podía ser humana, acto seguido se lanzó contra el cuello de Ciro, dispuesta a matarle. Sin pensarlo agarré una especie de daga y se la clavé en el torso, rasgando su fina piel, empujada por la desesperación de salvar a mi hermano.
Los siguientes minutos parecieron pasar a cámara rápida. Mi hermano me agarraba fuertemente por la muñeca alejándome de aquel extraño lugar, pero ya era tarde…
-Ya no podemos volver – grité mientras me paraba en seco y las lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas.
Ciro me miró, desesperado por negar lo que acababa de decir, pero ambos sabíamos que tenía razón. Ahora este era nuestro nuevo hogar.
Rafael Rodríguez (primer premio II Ciclo de Primaria)
DON QUIJOTE @.COM Y SANCHO PANZA@.ES
“LA AVENTURA DE LOS AEROGENERADORES”
En un lugar de Madrid, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía hace tiempo, y todavía aún vive, un gracioso y misterioso superhéroe que se hace llamar “ Don Quijote @.com”.
Dicen que su nombre recuerda al de otro también famoso caballero que vivió por estas tierras hace ya más de quinientos años, pero el mío es el verdadero, y del que os voy a contar hoy una aventura.
Don Quijote@.com es un caballero que ama la naturaleza. Siempre va buscando aventuras en las que pueda derrotar a los enemigos , visibles e invisibles, del medio ambiente. Se desplaza en una moto, eso sí, de las que consumen muy poco y de combustible ecológico y persigue como he dicho a todos aquellos que maltratan a la naturaleza, ya sean dueños de fábricas contaminantes, excursionistas que no recogen la basura o pirómanos que incendian los bosques.
Don quijote no está solo, siempre le acompaña su fiel amigo y ayudante “Sancho Panza @.es”. Sancho es el que pone un poco de seriedad en las aventuras, pues no se sabe muy bien porque, si por el ruido del escape de la moto, o por una caída sin casco que tuvo en su juventud, pero el caso es que a Don quijote se le va, a veces, un poco la pinza.
Bueno, hechas ya las introducciones, empecemos ya a contar la historia que nos ocupa:
“De lo que le sucedió a Don Quijote en la jamás imaginada aventura con unos aerogeneradores”
Estaban nuestros amigos Don Quijote y Sancho dando un apacible paseo en sus motos por una vía forestal del bosque. De repente Don Quijote freno en seco su moto.
– Mira sancho, dijo Don Quijote, mira allá a lo lejos, ¿ves aquellas naves espaciales, que con sus extractores se están preparando para llevarse todo el agua de la tierra?.
– ¿Pero qué dices Quijote?, dijo Sancho, ¿Dónde estás mirando?, yo solo veo los 3 aerogeneradores que están instalando en lo alto del cerro. No veo naves espaciales y mucho menos agua, recuerda, estamos en Agosto…….
– ¿Pero cómo no puedes verlo Sancho?, también a ti te han hipnotizado los extraterrestres, conmigo no lo conseguirán, hazme caso Sancho, acerquémonos y veamos cómo combatir a este artilugio del demonio antes de que se lleve todo el agua de la tierra, ¡vamos!.
Don Quijote metió primera y aceleró a fondo, haciendo un caballito con la moto, y se dirigió a toda pastilla hacia la base de los aerogeneradores de “Unión Fenosa”.
Sancho fue tras él, gritando y gritando “ ¡No, Quijote!, por enésima vez, son aerogeneradores, párate que te vas a matar”.
Después de 15 minutos de carrera, Quijote llegó a la base de los Aerogeneradores, allí se encontraban un coche y dos técnicos de Unión Fenosa, haciendo el mantenimiento de los aerogeneradores.
– ¡Parad villanos!, dijo Don Quijote a los técnicos de mantenimiento, ¡ dejad de programar el mecanismo extractor de agua e iros a vuestro planeta por donde habéis venido!.
Los técnicos se miraron entre ellos con cara de asombro, uno de ellos, el que parecía el jefecillo, le dijo a Quijote.
– Buen hombre, váyase a su casa, seguro que le están buscando.
– ¿Qué dices bribón?, apunto Don Quijote, “voy a atar esta cuerda a mi moto y engancharé las aspas de vuestra máquina para pararla, luego me encargaré de vosotros dos”.
Los técnicos no daban crédito y mientras recogían la herramienta y la metían en el coche, se reían a carcajadas de las ocurrencias de ese desconocido.
Don Quijote a lo suyo, cuando se despistaron los técnicos, lanzo estilo Cowboy una cuerda hacia el aspa del aerogenerador, con tan mala suerte que logró introducir el lazo en la punta del aspa. La cuerda empezó a arrollarse en el eje del aerogenerador, y Don Quijote, que la tenía atada a la muñeca, empezó a ascender peligrosamente hacia las aspas de la máquina
Empezó a dar gritos, pues giraba con las aspas del aerogenerador, y tanto Sancho, que acababa de llegar, como los técnicos de mantenimiento, no daban crédito a lo que veían….¡se iba a matar!……”.¡Suéltate!” decían unos….”¡ no te sueltes!”…voceaban otros,….no hizo caso a ninguno, pues no podía pensar, fue la cuerda la que con el roce se rompió y Don Quijote se precipito al vacío…….con la buenísima suerte de caer encima del coche de mantenimiento.
Aunque con alguna costilla rota, se salvó la vida. Vino el Samur, la compañía de seguros del coche de mantenimiento, el periodista del periódico local…..ese fue el principio, nuestro personaje empezó a coger fama……del resto de la historia, ya os iré contando….
Vale.
FIN